lunes, 23 de noviembre de 2009

EL TIMING LO ES TODO

**ATENCION; Antes de comenzar esta columna quiero hacer una pseudo aclaración, creo que algunas de mis queridas lectoras femeninas sienten que pienso que ser mujer simplifica todo, no es así, sólo digo que en el aspecto conquista las cartas suelen ser mucho más favorables, de ahí a que "estén dadas" es un asunto muy diferente, las dificultades en esos respectos son más o menos iguales para todos, pero siendo hombre mi experiencia me ha enseñado que si eres chica la condición con la que partes es ligeramente más ventajosa. Explicado esto volvemos a nuestra transmisión habitual**



Hay un dicho gringo que dice que el gran secreto de la comedia es el timing (manejar los tiempos) , y siendo un comediante de alma, por no decir frustrado, creo que esa regla es mucho más amplia de lo que uno se atreve a pensar. Y, puede ser porque no estoy pasando por el momento más chispeante de mi vida, que creo que últimamente mi timing está un pelo averiado. No es por llorar, ni por decir que todo me pasa a mí, porque no, no es así, sería bastante egoísta pensar que sólo yo tengo un problema de esta envergadura, pero cuando te pasa a tí sientes que simplemente estás meado de gato.

Cuando conoces a alguien todo es timing, bueno también está el asunto de la química, que es como para otra edición, pero lo que dices, como lo dices, y la recepción de lo que dijiste o hiciste, TODO es timing, fallaste en un nano segundo y lo que dijiste en vez de ser adorable fue patético, o lo que hiciste no fue romántico fue jote. Y el punto es detectar cuando es tu chance para decir o hacer algo, hay personas que tienen ese radar increíblemente afinado, pero otros dentro de los que me encuentro, desafortunadamente, lo tenemos irremediablemente descompuesto, lo que provoca que casi todo lo que haces tenga una sensación de desface, algo así como cuando vez un partido por la TV y tu vecino recibe el gol ganador antes, sientes los gritos, pero en tu TV aparece 3 segundos después arruinando la sorpresa.

En el momento de conocer a alguien que me "gusta" o interesa no tengo demasiado punto intermedio, o me muevo como derrame de manjar, o demasiado rápido, diciendo o haciendo algo inapropiado para el momento indicado, siempre pensé que era mera falta de tino, después de todo me conozco y no soy precisamente un genio en esa área, hablamos de alguien que cuando estaba conociendo una chica lo único que atine a decirle fue que se fijara en las enormes y lindas pechugas de la chica que estaba frente a nosotros...OK, eso sí fue falta de tino (y demuestra que no siempre soy TAN racional), pero no altera el punto en cuestión (no me juzguen...soy débil frente a las pechugas, son como kryptonita). Ni siquiera hablemos de cuando alguien está detrás mío, pobre cristiana, aparte de mal gusto tiene la mala suerte que le guste un weón que lee a las chicas al revés y reacciona a velocidad tortuga, sinceramente las compadezco.

Lo que motiva ese desface es sin duda el hecho de racionalizar todo, falta ese botoncito que te hace actuar de forma más impulsiva, de decir "Al carajo; ¿Qué es lo peor que puede pasar?", eso en algunas personas no existe, si no masticas el asunto mil veces no puedes tragarlo, y es algo que es casi imposible de corregir ¿Por qué? Porque corregirlo implica analizar una cantidad de variables ridículamente extensas, que hasta Sheldon y Leonard de Teh Bing Bang Theory pensarían que es aburrido y nerd.

Cualquiera te dirá que lo primero para solucionar un problema es reconocer que lo tienes, esto no es propiamente un problema, si no que una traza de personalidad que hace que seas...lento...ezpecial (sí, con Z), casi un poder mutante que hace que reacciones torpemente por pensar demasiado, y pensar demasiado no implica que pensaste bien, o que sea lo correcto.

Ok, suficiente llanto por hoy, nos vemos, cuídense.

1 comentario:

  1. no se porque me acorde de una Stella Artois en el Kava Kava... si yo debiera dar cátedras... si no es tan difícil! XD
    Besooooooo

    ResponderEliminar